Por: Carolina Giraldo, Dermatóloga
En el mes de junio, dedicado a resaltar la importante labor que desempeñan los padres en la sociedad, quisimos, al igual que con las madres, hacer un blog dedicado a ellos, quienes cada día se apropian más del cuidado de su piel, pero que desean una rutina simple, que no atente contra su y así prevenir daños en la piel a largo plazo.
Para describir los cuidados de la piel en los hombres, es importante partir del hecho de que hay ciertas diferencias fisiológicas, lo que hace que sus necesidades y sus problemas sean parcialmente diferentes a las de las mujeres, y por tanto, sus exigencias cosméticas también.
La piel masculina es más gruesa, lo que la hace más resistente, más firme y con mayor tonicidad, por lo que las arrugas tienden a aparecer más tarde, pero infortunadamente lo hacen de forma abrupta, siendo más profundas y acentuadas que las de la piel femenina, por lo cual, igualmente es importante prevenirlas.
Así mismo, su piel tiene mayor densidad de glándulas sebáceas, por lo que su película hidrolipídica es más gruesa y más protectora frente a la deshidratación, pero a su vez, esto ocasiona un aspecto oleoso, brillante y con poros dilatados, que se podría derivar en enfermedades de la piel como foliculitis, acné o dermatitis seborreica, y esto se constituye en un aspecto importante de controlar.
Otra característica de la piel masculina, es la presencia de un sistema piloso muy desarrollado, lo que hace que la barba y su afeitado diario, representen una agresión importante para la piel, tales como pequeñas laceraciones, irritación, enrojecimiento y deshidratación. Esto, puede hacer del afeitado la excusa perfecta para que los hombres tomen conciencia acerca del cuidado de la piel.
Dentro de las premisas básicas y comunes para el cuidado de la piel de los hombres, tenemos:
- La limpieza: Es una parte indispensable del cuidado, precisamente para regular, por medio de productos medicados, la producción de grasa de las glándulas sebáceas, además de retirar todo el acumulo de contaminantes, radicales libres, polvo y bacterias acumuladas del día, y preparar la piel para la aplicación de otros (que son antiedad) en la noche o para favorecer una afeitada menos traumática en la mañana. Se recomienda el uso de jabones tipo syndet, es decir, limpiadores sin alcohol o el uso de lociones micelares, como el AGUA MICELAR DE MEIK, la cual humecta y limpia a la vez.
- El protector solar: Se recomienda que todas las personas, independientemente de su género, usen protector solar diariamente, sin importar el clima en el que nos encontremos y aplicarlo en TODAS las áreas expuestas a la luz, como la cara, el cuello y las extremidades superiores. La elección de éste, depende de la recomendación de un dermatólogo, ya que se debe tener en cuenta el tipo de piel del paciente, sus enfermedades de base, su actividad laboral (si es o no al aire libre), si practica algún deporte, entre otras cosas. Pero en general, para los hombres, desde la adolescencia, hasta la cuarta o quinta década de la vida, se pueden utilizar protectores solares en gel/emulsión/fluido/crema-fluido, según el tipo de piel, y como mínimo dos veces al día.
- Hidratación de la piel: El hombre prefiere pocos productos, pero multifuncionales. Además, es imprescindible que sean de rápida absorción, de consistencia ligera, invisibles, con fragancias discretas, eficaces, poco irritantes o bien tolerados, de efectos visibles inmediatos y que aporten frescura. Es por esto que, según la edad, en los pacientes jóvenes se recomienda el uso de una crema hidratante a base de ácido hialurónico, o un serum antioxidante que contrarreste el daño de los radicales libres, para prevenir la aparición de arrugas finas y cambios de pigmentación. En pacientes de mayor edad, se recomienda una crema hidratante, serum o loción que sea rica en antioxidantes (como la vitamina C) o a base de retinoides, para mejorar la textura y el tono de la piel. A parte de los cuidados en casa, se recomienda consultar al dermatólogo para definir qué procedimientos adicionales aplicar como las micro agujas, la inyección de toxina botulínica, rellenos o bioestimuladores, o consumo de nutricosméticos a base de pro colágeno o superóxido dismutasa, que son útiles para retrasar el proceso de envejecimiento, en los hombres que así lo deseen.
- La afeitada: Uno de los cuidados más importantes del hombre a partir de la pubertad, es el afeitado y dado que la barba crece 2 m.m. diarios, hace que el afeitado sea, en la mayoría de los casos, una necesidad diaria y por ende una lesión repetitiva de la piel, por lo que es aconsejable seguir una rutina adecuada para la realización de ésta. Antes de éste, es recomendable el uso de jabones, detergentes sintéticos y lubricantes, que reblandezcan el pelo y favorezcan el deslizamiento del cabezal de la máquina sobre la piel. Durante la afeitada, dichas espumas también pueden incorporar sustancias antisépticas como el triclosan, que protegen de posibles sobreinfecciones en zonas microtraumatizadas y sustancias reparadoras y humectantes como la glicerina y la alantoina. Posterior a la afeitada, se recomienda el uso de cosméticos, que además de intentar contrarrestar el efecto agresivo sobre la piel, buscan producir una sensación agradable, ya sean por su acción hidratante, como por su fragancia. En esta instancia, nuevamente destacamos las propiedades del AGUA MICELAR MEIK por su acción reparadora, refrescante e hidratante sobre la piel, luego de la afeitada.
- Por último y no menos importante, hacemos énfasis en la práctica de un estilo de vida saludable, que incluya un sueño adecuado y reparador; la realización de ejercicio regularmente, de acuerdo a la condición física, edad y/o estado de salud; llevar una dieta variada y rica en vitaminas y nutrientes; beber mucha agua; manejar el estrés; y evitar el consumo de cafeína, azúcares añadidos y alcohol.
En conclusión, la rutina del cuidado de la piel de los hombres es un poco menos elaborada que la de las mujeres, pero es precisamente esto lo que puede garantizar que sean más adherentes a ella y que se pueda prevenir su deterioro a largo plazo, como fin común.